A las buenas.
El «FOMO» o miedo a perderse de algo, es una técnica muy eficaz en el mundo del marketing y la publicidad para impulsar a los consumidores a tomar decisiones de compra rápidas.
Ya te lo sabes un poquito del Pulso Diario #62 cuando hablamos de Elmo, el de Barrio Sésamo.
Pero hoy vamos con más ejemplos para que quede cristalino.
1
Porque no me negarás que no te pones de los putos nervios cuando ves en Booking.com que hay 4 personas justo en el mismo instante que tú viendo la misma habitación.
Mensajito emergente con “María acaba de ahorrar 100 € en esta habitación.”
“Ah, la ha alquilado, pardillo, palurda”
¡Jodeeeeeeer!
FOMO…
2
Aprovecha esta oferta durante las próximas 24 horas o subirá de precio.
Y encima los cabrones te ponen un contador. ¿Hola? ¿Un contador? ¿En serio?
FOMO…
3
Lanzar productos que son ediciones limitadas o exclusivas puede crear un sentido de urgencia entre los consumidores.
El miedo a no poder adquirir el producto después hace que más personas quieran comprarlo inmediatamente.
Muy común en moda.
FOMO…
4
En el Candy Crash, si entras a jugar diariamente obtienes recompensas. A veces para conseguir premios más grandes.
Y esto es aplicable a cientos de videojuegos, los cuales meten recompensas temporales u objetos exclusivos que solo puedes obtener en periodos determinados para hacerte jugar y jugar y no sentir ese miedo a perderlos.
FOMO…
5
Eventos exclusivos, testimonios y experiencias de otros consumidores, colaboraciones únicas entre marcas, accesos anticipados y una larga lista de etcéteras forman parte de esta técnica que, siendo altamente efectiva, no es de mis preferidas debido al exceso de dopamina artificial que genera.
Por favor, no caigas en el FOMO y no aproveches el descuento que tenemos hoy para pagar un cafetito a este magistral escritor.
Nah, es coña, yo no bajo los precios, pero encajaba muy bien.
Nos leemos mañana.
PD: Lo del café no era coña, ¿ok?
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