A las buenas.
Cuántas menos palabras uses, más impacto tendrán.
Guy Kawasaki, experto en marketing, dice que el email perfecto contiene 5 frases.
Escribir correos largos acaba con nuestra productividad y agobia al destinatario.
Según McKinsey, el trabajador medio pasa el 28 % de su jornada leyendo correos electrónicos.
¿Para qué alimentar ese mar de basura?
Los correos cortos demuestran que estamos ocupados y sabemos lo que hacemos. Los largos y farragosos dan la impresión de que no lo sabemos, que no hemos pensado las cosas lo suficiente y que no respetamos el tiempo de los demás.
Te invito a probar la regla del 50 %.
Escribe un correo electrónico, cuenta las palabras y vuelve a escribirlo con la mitad.
Se tarda más en escribir un correo más conciso, pero el mensaje tendrá más impacto. Cuanto más breve sea el mensaje, más probabilidades hay de que lo lean.
Y ten esto presente: el discurso de Gettysburg de Lincoln tenía 272 palabras.
¿Tu presentación del nuevo plan de marketing realmente merece más?
Y por el amor de todos y cada uno de los dioses, no respondas a un email con “muchas gracias”.
Me estoy aplicando el cuento y trato de hacer los emails diarios más cortos. Decir lo mismo con menos.
¿Y cómo aplicamos esto en Yamato? No te contamos en un email el portfolio de todo lo que hacemos, te agendamos una reunión para escuchar que necesitas.
Si te ha gustado el email de hoy, me ayudas infinito si lo compartes entre tus seres amados.
Nos leemos mañana.
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